Londres, 11 mar (EFE)- Varios de los principales bancos del mundo son cómplices del expolio de los países pobres y sustentan a las dictaduras más corruptas y represivas del planeta, denuncia hoy en un informe la organización no gubernamental Global Witness.
A menos de un mes de que los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 se reúnan en Londres, Global Witness afirma que «la misma regulación laxa que ha propiciado la crisis crediticia ha permitido que algunos de los mayores bancos hayan contribuido al expolio de la riqueza y de los recursos naturales de los países pobres».
Gavin Hayman, director de campañas de Global Witness, dijo que «si realmente los recursos como el petróleo, el gas y los minerales tienen que ayudar a sacar a África y a otras regiones de la pobreza, los Gobiernos deberían asumir la responsabilidad y evitar que los bancos hagan negocios con dictadores corruptos y sus familias».
«Revisando el historial bancario: cómo hacen negocio los bancos con los regímenes corruptos» es el título del informe elaborado por Global Witness, que cita entre los bancos cómplices a Barclays, Citibank, HSBC, Banco Santander y Deutsche Bank, entre otros.
La lista de prácticas no transparentes es larga, pero la ONG destaca seis casos concretos relacionados con Guinea Ecuatorial, la República del Congo, Sierra Leona, Liberia, Turkmenistán y Angola.
En relación con Guinea Ecuatorial, Global Witness afirma que HSBC y el Banco Santander «se parapetaron tras las leyes sobre el secreto bancario para frustrar los intentos del Congreso de EEUU de averiguar si los ingresos obtenidos por este país por la explotación del crudo fueron robados» por el presidente Teodoro Obiang Nguema.
Sobre la complicidad con el régimen ecuatoguineano, la ONG acusa también a Barclays de «abrir una cuenta para el hijo del dictador, pese a que había evidencias manifiestas desde hacía tiempo de que su familia estaba estrechamente implicada en el expolio del petróleo».
Global Witness apunta también a un paraíso fiscal británico y a un banco de Hong Kong, que no cita, como puntos de conexión que «permitieron al hijo del presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, gastarse cientos de miles de dólares procedentes del petróleo de su país en tiendas de moda».
De Citibank se destaca que «facilitó la financiación de dos despiadadas guerras civiles en Sierra Leona y Liberia, permitiendo al ‘señor de la guerra’ Charles Taylor -hoy juzgado en el Tribunal Internacional de La Haya por crímenes de guerra- expoliar los ingresos generados por la explotación de la madera» en su país.
El quinto caso señala a Deutsche Bank que, según Global Witness, «ayudó al fallecido presidente de Turkmenistán Saparmurat Niyázov, un conocido violador de los derechos humanos, a mantener bajo su control y al margen de los presupuestos nacionales miles de millones de dólares procedentes de los ingresos por la venta de gas».
Por último, el informe pone de relieve que «docenas de bancos británicos, europeos y chinos han concedido a la opaca compañía nacional petrolera de Angola (Sonangol) miles de millones de dólares de préstamos avalados con el dinero del petróleo».
Los préstamos se han concedido «pese a que no hay transparencia o supervisión democrática sobre cómo se emplean esos adelantos a cuenta del dinero del petróleo del país y pese a que hay constancia que el dinero se ha utilizado hasta ahora para el tráfico de armas».
Ante esta perspectiva, Global Witness concluye que «los líderes del G-20 deben hacer frente a sus promesas de ayudar a los pobres» y que «un elemento clave para que la pobreza sea una cosa del pasado es evitar que se roben los recursos y no lleguen hasta la gente».
EFE fpb/jla